Bendecidos por el poder; freno a derechohabientes del Infonavit


Por Cristian Flores

Como lo señaló el senador Ricardo Anaya, la elección al Poder Judicial no fue otra cosa que "una marranada", en donde se privilegiaron los compromisos partidistas por encima del mérito realmente democrático y la preparación: los beneficiados fueron los afines de Morena y de la cúpula gubernamental.

Un ejemplo claro es el caso de Stefany Pérez Bustamante, quien resultó electa como jueza de distrito en especialidad mixta. Al ser cuestionada por la prensa sobre su experiencia, ella misma reconoció no contar con carrera judicial.

¿Cómo es posible que una persona sin esa trayectoria llegue a ocupar un cargo que tiene que ejercerse con responsabilidad?

Su única justificación tan absurda, fue que “tiene experiencia en temas jurisdiccionales”. ¿Realmente eso basta? En un sistema donde se debería priorizar la trayectoria, la formación y la experiencia, parece que lo único que se prioriza es ser cercanos al poder.

Pero no es la única. Fernando Rodrigo López Torres, aun secretario parlamentario del Congreso del Estado, fue premiado con una magistratura federal de circuito. No por su capacidad, sino por el respaldo de Marcela González Castillo, presidenta estatal de Morena, quien también palomeó a otros más como a Yair Castillo Pérez, joven salido de las filas del morenismo y que ahora se convirtió en un flamante juez electo en materia penal de distrito.

Yair no cuenta con una carrera profesional en el ámbito judicial, pues apenas ha sido subdirector en dos planteles del Colegio de Bachilleres del Estado de Tlaxcala (Cobat) y director de vinculación en la Universidad Politécnica de Tlaxcala. El joven morenista no tiene la calidad moral para ocupar un puesto como juez.

La lista de los bendecidos desde el poder no termina ahí. También está Alfredo Pérez Águila, quien fue el chofer desde 2016 de Lorena Cuéllar Cisneros, y que ahora, como si nada, es juez virtual del sistema tradicional penal y especializado en justicia para adolescentes. Que un exchofer asuma esta responsabilidad no solo es una ofensa para quienes sí han dedicado años a formarse en el ámbito judicial.

Otro más es Ricardo Rodolfo Trejo Ortiz, sobrino de los amos, dueños y señores de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx) quien fue elegido por los acuerdos políticos como Magistrado Penal del Tribunal Superior de Justicia. Lo cierto, es que aquí no importa que tengas conocimientos, lo que importa es a quién conozcas.

Las designaciones de jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial, evidencian el autoritarismo que vive hoy en día la política mexicana, solo que el poder lo disfraza como una elección donde una vez más, el pueblo bueno y sabio, "ejerció su voto libre".

Carta Abierta

Nos cuentan que en la delegación estatal del Infonavit las cosas no pintan nada bien. Una auditoría reciente la puso de cabeza. Los nuevos trabajadores del instituto, llenos de prepotencia y sin compromiso con la gente, provocan que la oficina de atención de la capital tlaxcalteca apenas logre entregar poco más de ocho créditos al mes, mientras que en Apizaco, se reporten poco más de cincuenta.

Resulta evidente que el problema no es la demanda de créditos, sino la incapacidad de la nueva burocracia que llegó a tomar el lugar de quienes heredaron sus plazas. Ellos son los culpables de que los créditos no sean aprobados a los derechohabientes.

La situación es aún más absurda porque la titular de la delegación del Infonavit Tlaxcala, Alejandra Ramírez Ortiz, parece estar atada de manos, así como tenían al ex titular, Vicente Corral. Aunque a su escritorio llegan las quejas de derechohabientes, no puede mover un dedo, ya que, los trabajadores están blindados por su sindicato. Mientras tanto, Ramírez Ortiz no le quedará de otras más que cargar con las supervisiones de las auditorías y simular que trabaja, sin castigar a los verdaderos responsables.

Así las cosas, en el Infonavit Tlaxcala


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