EL JUEGO SOBRE LA MESA
Por Cristian FloresLa explotación
laboral dentro del sector salud de Tlaxcala no soportó más y enfermeras
suplentes alzaron la voz para exigir sus derechos.
El sábado 14 de
junio, un grupo de enfermeras suplentes de la Secretaría de Salud de Tlaxcala,
con pancartas en mano, exigían un trato digno a su trabajo y, al mismo tiempo,
pedían a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no ser olvidadas.
La
manifestación ocurrió minutos antes de que la mandataria realizara su evento
dentro del Hospital General de Tlaxcala “Anselmo Cervantes Hernández”. El grupo
de jóvenes enfermeras logró su objetivo: entregar el oficio a la presidenta, un
documento que estipulaba que, desde el primer día de su ingreso, no contaban
con un contrato que notificara sus derechos, responsabilidades, sueldos y
obligaciones, así como el respeto a las 48 horas de una jornada laboral, tal y
como lo estipula la Ley Federal del Trabajo.
También señalaban
que se les pague conforme al salario mínimo, que es de 278.80 pesos; sin
embargo, reciben 33.80 pesos menos. Tampoco cuentan con seguro social, lo que
pone en riesgo su salud y la de sus familias, pues están expuestas y expuestos
a contraer una infección.
Dicho lo
anterior, lo han manifestado a sus superiores, pero la única respuesta
prepotente que reciben, según los suplentes, es: “ustedes solo tienen derecho a
trabajar y no a exigir”, “si les parece, si no, renuncien”. Vaya respuesta de
quienes se sienten amas y señoras de la jefatura de enfermeras del General.
Ante las
groserías y el autoritarismo que se vivie día a día dentro del sector, los
inconformes temen que tomen represalias contra ellos.
El mismo oficio
que fue entregado a Sheinbaum fue enviado, con fecha del 16 de mayo, al
despacho de la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros; sin embargo,
ha pasado un mes y siguen sin tener una respuesta. ¿Lorena Cuéllar habrá
recibido el oficio?
Lo cierto es
que el secretario de Salud, Rigoberto Zamudio Meneses, tiene la responsabilidad
de estar al pendiente de lo que ocurre en el sector salud. Es lógico que
Zamudio Meneses está informado de todo lo que ocurre en los hospitales
IMSS-Bienestar del estado. Pero… ¿por qué no hace nada? ¿Por qué tiene que
dejar pasar las exigencias de los pacientes, médicos y enfermeros? ¿Por qué no
da solución a la explotación laboral y demás carencias que hay en el sector
salud? ¿Por qué cargarle todo a la gobernadora?
Esperamos que los suplentes de los hospitales del sector salud tengan una buena respuesta por parte del gobierno federal, y que los años que llevan como suplentes, donde han soportaron humillaciones y majaderías por parte de sus superiores, sean recompensados con una plaza. Es tiempo de que las suplencias dejen de ser sinónimo del abuso y reconozcan el trabajo de enfermeras y enfermeros.
- Por fin. Ayer trascendió que el “súper policía” que estaba a cargo de la Dirección de Seguridad de Chiautempan por fin se fue. Jesús Herrera fue relevado por Rubén Ruiz. La presidenta Blanca Angulo acertó al remover al hombre que presumía ser amigo del encargado del C5i, Max Hernández Pulido. Mucho trabajo tiene que hacer el nuevo director de seguridad, empezando por limpiar el cochinero que dejó Herrera, un hombre que no pudo con la seguridad en el municipio sarapero desde la administración de Gustavo Jiménez Romero.
- Un caos. Vaya caos en el que están los
presidentes municipales del Partido Verde Ecologista de México. Empecemos
por la presidenta de San Pablo del Monte, Ana Lucía Arce Luna, quien está
en el ojo del huracán por no gobernar con responsabilidad el municipio.
Todos los habitantes se le han levantado por su incapacidad y por las
carencias que los aquejan, como la falta de agua potable, la recolección
de basura y los cobros excesivos de las licencias de funcionamiento. Otro
caso es el de Emilio González Cortés, presidente de Mazatecochco: no da
una. Es totalmente manipulado por un pseudoespecialista en comunicación,
quien lo metió en problemas al desviar, a través del área de Comunicación,
más de 800 mil pesos que no han sido reportados. Salieron buenos para
gobernar.
- Sin austeridad. Dicen que en el Instituto
Electoral de Tlaxcala (ITE) la austeridad no existe. Basta con saber que
el consejero presidente de dicho órgano, Emanuel Ávila González, se mete
al bolsillo 101 mil 302.36 pesos, según el tabulador oficial publicado en
el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Tlaxcala. A esta cantidad
se le agregan un bono de despensa de 2 mil 034.90 pesos y un incentivo al
ahorro por 7 mil 184.29 pesos. Mientras tanto, los seis consejeros ganan
81 mil 232.89 pesos, además de recibir los mismos apoyos por despensa e
incentivo al ahorro, con un total aproximado de 88 mil 465 pesos cada mes.
Mientras gozan de riquezas, Tlaxcala cuenta con un 60 por ciento de
pobreza. Qué empáticos son.