Una capital rota; pobre Chiautempan

‘Pobre Chiautempan, tan lejos de Dios y tan cerca de la corrupción’.



Por Cristian Flores

La capital de Tlaxcala sigue hundida en la ingobernabilidad. Alfonso Sánchez García se sienta en la silla presidencial sin la menor idea de lo que significa gobernar. A un año de administración, la capital está rota, plagada de inseguridad, sin obra pública de impacto y sin un solo proyecto que marque diferencia de su administración. 

Los resultados son lamentables. Con más de 23.5 millones de pesos presumidos en su informe en seguridad, lo que vemos son asaltos en pleno centro, balaceras, robos de autos e intentos de asesinato y la falta de capacitación de los policías. Los capitalinos viven con preocupación, mientras el alcalde presume “otros datos” y se niega a aceptar la realidad, como si estuviera cegado. 

Las encuestas lo exhiben. El INEGI reveló que 67.1 por ciento de los jóvenes capitalinos se sienten inseguros, y Rubrum coloca a Alfonso Sánchez García en el lugar 27 de 31 alcaldes evaluados, con una calificación de apenas 3.87. Es decir, la ciudadanía lo reprueba y lo repudia por su mal trabajo.

Y no solo es inseguridad, la capital ahora está decorada por baches. Aunque se apresuraron a taparlos previo al primer informe, las calles de Tlaxcala siguen en estado deplorable. El programa de bacheo solo ha demostrado su ineficiencia. Lo mismo ocurre con el alumbrado, el primer cuadro de la ciudad permanece en penumbras así tal y como es la administración de Alfonso, un gobierno oscuro.

Sin embargo, el poder lo hace ambicionar. En marzo de 2025 intentó adueñarse de una zona recreativa de la comunidad de Atlahapa con el fin de resguardar camiones recolectores de basura. Pero la presión ciudadana le puso freno. 

Alfonso Sánchez García no gobierna y solo se la pasa mintiendo con sus discursos oficialistas. La capital está hundida, y el apellido Sánchez García ya es sinónimo de incapacidad, ambición y abuso. Con ese historial no servirá para gobernar a Tlaxcala.

Carta abierta.

Pobre Chiautempan

Si en la capital las cosas van mal, en Chiautempan tampoco hay mucho qué aplaudir. Blanca Angulo arrancó con el pie izquierdo. Está rodeada de personajes qué aun año de administración no le hacen bien, como Guadalupe Corona, conocida en los pasillos de la presidencia como “la nueva engendra maligna”.

Intrigas, pleitos internos y un daño patrimonial de más de 4 millones de pesos marcan su joven administración, aunque intenten justificar. La Capach pasó de tener observaciones mínimas en la administración de Gustavo Jimenez a registrar un daño de más de un millón 400 mil pesos, lo que llevó al Congreso del Estado a reprobar la cuenta pública de la comisión. Mientras eso ocurrió, Guadalupe Corona culpó a “Rafa” hijo de Eloy Berruecos, quien se desempeñó como el primer director de la Capach; sin embargo, Blanca Angulo, al ser cuestionada por quien escribe esta columna, dijo textualmente: “mi ayuntamiento no habla de los funcionarios, jamás me expresó mal de nadie”, defendiendo a su querida lupita Corona.

Lo más preocupante es que, pese a la falta de credibilidad y el inicio de sus tropiezos en apenas un año, ya sueña con ser diputada. Chiautempan no merecía otro mal gobierno. 

Y retomo la frase que utilicé en una columna de opinión dedicada a Gustavo Jiménez, parafraseando al General Porfirio Díaz: ‘Pobre Chiautempan, tan lejos de Dios y tan cerca de la corrupción’.

Nos vemos la próxima semana, pero en el Juego Sobre la Mesa. 


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