| Entre Líneas Tlaxcala
Morena Tlaxcala atraviesa una crisis interna cada vez más profunda, marcada por el autoritarismo de la presidenta estatal, Marcela González Castillo, cuyas decisiones unilaterales han acentuado la división y el descontento entre la militancia.
Tras la destitución sin justificación de Jacqueline Meneses, exsecretaria de Comunicación, Difusión y Propaganda, se han registrado nuevos despidos de personal con más de tres años de servicio. La única razón: no someterse al proyecto político personal de la dirigente.
Militantes y fuentes internas señalan que González Castillo ha convertido la dirigencia en un espacio de control absoluto, orientado a su promoción individual y no a la consolidación del movimiento. “Es una dirigente que nunca ha conseguido nada por méritos propios; todo le ha sido otorgado, y ahora pretende usar al partido como trampolín personal”, reprochan.
El panorama se complica porque varios cargos del Comité Ejecutivo Estatal permanecen acéfalos, mientras que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) ha rechazado las decisiones impulsadas por González Castillo, al calificarlas como improvisadas, ilegítimas y carentes de sustento político.
Con un partido fracturado, militantes advierten que las prácticas autoritarias de la presidenta estatal ponen en riesgo la organización rumbo a los próximos procesos electorales.