En Tepeyanco la seguridad municipal se desmorona ante recortes y justicia por mano propia

Redacción Entre Líneas Tlaxcala 

El miércoles, Tepeyanco se convirtió en el escenario de un colapso del orden público. Un hombre y una mujer, sorprendidos robando aguacates en un huerto, fueron capturados por una multitud de vecinos. La ira colectiva escaló hasta las amenazas de linchamiento, con intenciones de prenderles fuego, mientras solo tres policías municipales intentaban, sin éxito, contener a la turba. La intervención personal del presidente municipal, Williams Zainos Flores, fue el último recurso para evitar una tragedia y poner a los detenidos a disposición de la autoridad. 

Este episodio de justicia comunitaria no es un hecho aislado, sino el síntoma más visible de una crisis de seguridad. A escasos días de finalizar el año, la administración de Zainos Flores, del Partido Nueva Alianza, despidió a 15 de los 25 policías que integraban la fuerza municipal. Este recorte del 60% dejó al municipio con una capacidad operativa raquítica, exponiendo a la ciudadanía y a los propios elementos.

Tras lo sucedido, el ayuntamiento publicó un comunicado que celebró una “coordinación” entre autoridades y vecinos para la detención; sin embargo, el relato de testigos, aseguran qué la policía municipal fue rebasada por la falta de policías. Además, denunciaron que el ayuntamiento gestionó la eliminación de transmisiones en vivo que evidenciaron tanto la violencia como la ausencia policial.

El alcalde ha hecho declaraciones en entrevistas asegurando que la seguridad está “garantizada”; no obstante, las calles muestran la falta de recorridos por parte de la policía, y la desesperación ciudadana, comienza a hacer justicia por su propia mano. 

 Zainos Flores, quien también preside el Partido Nueva Alianza en Tlaxcala, enfrenta ahora las consecuencias de una decisión que priorizó el ahorro presupuestal sobre la paz social. La ambición política del edil, que ya perfila una posible candidatura al Congreso local, choca con la urgencia de su cargo actual. 

Para los habitantes de Tepeyanco, la promesa de seguridad se esfumó junto con los uniformados despedidos.

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