No más transparencia; en Tlaxcala se eliminó al IAIP


 

Redacción | Entre Líneas Tlaxcala

Esta mañana, el Congreso del Estado de Tlaxcala aprobó el Decreto 155, con el cual eliminó del texto constitucional al Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP), órgano autónomo responsable de garantizar el derecho a la información y la protección de datos personales. Aunque aún no se ha definido si el instituto será suprimido totalmente o absorbido por otra instancia, su base legal desapareció, dejando un vacío institucional que compromete la transparencia.

La reforma fue avalada por 39 de los 60 ayuntamientos del estado, cumpliendo así con el requisito de mayoría para modificar la Constitución local. El proceso se llevó a cabo sin debate público amplio ni consulta ciudadana, lo que ha generado preocupación en distintos sectores sociales.

Para organizaciones civiles, académicos y ciudadanos críticos, esta decisión representa un retroceso peligroso en materia de transparencia y rendición de cuentas. La eliminación del IAIP de la Constitución no solo debilita las herramientas para vigilar al poder, sino que envía un mensaje claro, que los gobiernos ya no consideran prioritario rendir cuentas a la ciudadanía.

En un país con altos niveles de corrupción y opacidad en el manejo de los recursos públicos, la desaparición de órganos garantes de acceso a la información no solo reduce el control ciudadano, sino que consolida prácticas autoritarias.

La eliminación del IAIP ocurre en un contexto nacional donde el Gobierno de México ha mostrado una tendencia clara hacia la concentración del poder, el debilitamiento de los órganos autónomos y el rechazo a los contrapesos institucionales. Desde la Presidencia se ha promovido la idea de que los órganos independientes son innecesarios, cuando en realidad su función es garantizar derechos y evitar abusos.

La decisión del Congreso de Tlaxcala se alinea con esta lógica autoritaria. Eliminar la base legal del órgano que obliga a transparentar el uso de recursos públicos demuestra que no existe voluntad de ser fiscalizados ni de abrir la administración pública al escrutinio social.

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