La Noche que Nadie Duerme la convierten en pasarela política electoral

Cristian Flores 

La Noche que Nadie Duerme en Huamantla, considerada una de las celebraciones eclesiásticas más importantes de México, dejó de ser únicamente un acto de fe para convertirse en un escaparate político en vísperas del proceso electoral 2027.

La festividad en honor a la Virgen de la Caridad, que tradicionalmente reúne a más de 150 mil personas, fue aprovechada por aspirantes a cargos de elección popular para promoverse, posar en fotografías y acercarse al electorado.

Entre los asistentes figuraron Alfonso Sánchez García, presidente municipal de Tlaxcala; Homero Meneses Hernández, titular de Educación Pública; Josefina Rodríguez Zamora, secretaria de Turismo federal; el exdiputado local Miguel Ángel Covarrubias y Carlos Augusto Pérez, director del Fomtlax.

El evento, que solía destacar por sus alfombras de aserrín, procesiones y fervor religioso, se transformó en una pasarela donde la élite política estatal y federal midió simpatías, en una antesala marcada por el interés por la gubernatura.

En este contexto, la fe y la política compartieron escenario, evidenciando que en Tlaxcala incluso las tradiciones religiosas se convierten en territorio de disputa electoral.

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