El Comité Ejecutivo Estatal (CEE) de Morena atraviesa una crisis interna provocada por el excesivo protagonismo de su presidenta, Marcela González Castillo, quien ha condicionado el trabajo político de integrantes del CEE y del Consejo Político Estatal.
La destitución de Jacqueline Meneses Rangel, quien hasta el viernes ocupaba la Secretaría de Comunicación, Difusión y Propaganda, desató la inconformidad al interior del partido. Militantes cuestionan que “despiden a Jacqueline por su simpatía con el proyecto Humanismo Mexicano, y por qué no a Marcela, cuando ella simpatiza con su esposo Alfonso”, lo que consideran un claro acto de doble rasero.
La salida de Meneses Rangel es vista como un revanchismo político que debilita la vida interna del partido y deja acéfalas carteras estratégicas, como la Secretaría de Comunicación y la Secretaría General. Mientras tanto, González Castillo es señalada de buscar lealtades a toda costa para consolidar su proyecto personal.
El caso ha generado inconformidad y un ambiente de división en Morena Tlaxcala, dejando en entredicho los derechos partidistas de Meneses Rangel y el rumbo de la dirigencia estatal.
Aunque Meneses Rangel seguirá trabajando para el partido en su calidad de consejera estatal, la dirigencia no ha informado sobre las razones que justificarían su destitución como secretaria; incluso, no se ha detallado el supuesto proceso que la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia tenía en su contra, lo que enrarece el ambiente de trabajo al interior del CEE y que ha generado inconformidad entre los secretarios que lo integran.