Por Aldo Romero
La gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros cierra el 2025 consolidada como una de las peores gobernadoras a nivel nacional; incluso, es calificada como de las peores mandatarias emanadas de Morena.
Cuatro casas encuestadoras exponen el sentir de los tlaxcaltecas, quienes la califican como una mandataria opaca, alejada del pueblo y, sobre todo, de los ideales emblema de la denominada Cuarta Transformación.
En sus más recientes estudios, Demoscopia Digital la coloca en la posición 19 con el 52.8 por ciento de aprobación; FactoMétrica la ubica en la posición 29 con el 21.2 por ciento de aprobación; Arias Consultores la posiciona en el lugar 30 con el 12.5 por ciento; mientras que Massive Caller la coloca en la posición 31 con el 25.6 por ciento de aprobación ciudadana.
Los números parecen ser claros, hay tendencias que se repiten: la aprobación hacia Cuéllar Cisneros es mínima y el rechazo es sepulcral.
Cuéllar arrancará su quinto año de gobierno en el sótano de la aprobación ciudadana; su imagen y la de su gobierno difícilmente podrán salir a flote. Vaya, ni con la participación que la Coordinación de Comunicación ha propuesto para que la mandataria esté presente en las “mañaneritas”, oficialmente llamadas “Diálogos Circulares”, del 2026.
Dicha acción solo terminaría de sepultar su imagen y se convertiría en una estrategia fallida para rescatar su aprobación.
Cuéllar acumula rechazo, pero la realidad es que ese rechazo ciudadano creciente hacia su gobierno no se ha visto reflejado en la intención del voto, porque, más allá del desastre que ha sido la administración lorenista, más del 40 por ciento de los electores aún ven a Morena como opción electoral.
Aun con los números negativos que arrastra Cuéllar, la ciudadanía no ve alternativas reales con el PRI de Enrique Padilla y Anabell Ávalos, ni con el PAN de Ángelo y Miriam, mucho menos con el moribundo PRDT o el inmaduro MC.
Los números que presentan las encuestas deben analizarse de manera más profunda, porque es un hecho que un alto porcentaje de la ciudadanía inconforme con Cuéllar y su gobierno está buscando otra alternativa de respaldo, pero al interior de Morena, con aquellos perfiles que no representan al lorenismo y que comienzan a abanderar causas que la actual administración dejó en el olvido por priorizar negocios particulares y familiares.