Señales que dan forma a la sucesión


Por Aldo Romero

Mientras la Senadora Ana Lilia Rivera Rivera le da forma a su proyecto, el lorenismo apenas definió su ruta, pero en el proceso ya se generó desgastes y provocó inconformidades entre sus liderazgos, las cuales difícilmente disipará. 

El fin de semana, la Senadora Rivera Rivera hizo un llamado enérgico; volvió a convocar a la tan ansiada y cuasi imposible unidad interna en Morena. Pareciera que está dando indicios de lo que se viene.

Se siente segura, saborea la posibilidad de que en ella recaiga la honrosa, pero difícil tarea de sumar a los lorenistas inconformes y dolidos en caso de un hipotético nombramiento como Coordinadora Estatal de los Comités en Defensa de la Cuarta Transformación en marzo próximo.

No es casualidad que la legisladora invocara el mensaje de unidad que días antes la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo había emitido a todos los diputados federales y senadores de la triada cuatroteísta: Morena, PT, Verde.

Así como la presidenta, la Senadora sabe que, ante los tiempos difíciles por los que atraviesa la Cuarta Transformación en México, en Tlaxcala es necesaria la unidad partidista, la unidad de liderazgos y dejar de lado intereses personales y diferencias políticas si es que se quiere lograr un resultado favorable y contundente en 2027.

Sabe, ante todo, que se requiere de un liderazgo sólido y comprometido a fondo con los ideales de la izquierda obradorista para no comprometer la permanencia de Morena en el gobierno estatal.

La legisladora ya se adelantó; está en franca campaña y ya se encuentra en territorio con la ciudadanía. Veremos cómo es que el lorenismo reacciona ante mensajes y simbolismos de verdadera izquierda.

Digo lo anterior porque, si Cuéllar pensaba que haría retumbar al espectro político estatal presumiendo una foto de unos cuantos diputados cuatroteístas sin peso político y cerrando filas con su candidato Alfonso Sánchez García, la realidad es que se equivocó, porque esa acción solo demostró ser un acto desesperado para acaparar reflectores; no hay fondo en esa imagen, es un sinsentido. De entrada, porque faltaron dos figuras clave dentro de Morena y con verdadero peso político.

Solo los ingenuos se creyeron esa narrativa de mostrar a un alcalde capitalino fortalecido y respaldado por un poder de cara al 2027.

La realidad es que Alfonso está limitado; depende del empuje de una gobernadora derrotada política y moralmente, así como de una estructura desgastada, para intentar posicionarse y mostrarse como una opción ciudadana seria.

Se vienen tiempos difíciles para el lorenismo y la “jefa” lo sabe, dejándolo entrever en sus recientes declaraciones, en las que alerta sobre un incremento de críticas hacia lo que será el último tramo de su gobierno.

Ana Lilia sigue nadando en aguas tranquilas, y el lorenismo busca desesperadamente llevar mano en la definición de la candidatura. Las señales, hasta el momento, demuestran que Cuéllar va perdiendo la jugada.

Las opiniones escritas por columnistas son independientes y no reflejan necesariamente la postura editorial de Entre Líneas Tlaxcala.

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