Vigilancia Selectiva


Por Cristian Flores

El pasado sábado 8 de noviembre, un grupo de jóvenes vandalizó la Cápsula del Tiempo en el Bulevard Guillermo Valle (ese monumento inaugurado con bombo y platillo durante los festejos por los 500 años de Tlaxcala). Sobre la estructura quedaron pintas que desnudaron verdades qué incomodaron al gobierno: “narco gobierno”, “revocación del sistema” y consignas que vinculan a Morena con los intereses del capital. Horas después, las autoridades presumieron la revisión exhaustiva de las cámaras del C5i para identificar a los responsables.

¿Dónde queda esa eficacia cuando se trata de capturar a delincuentes que siembran el terror en los 60 municipios de Tlaxcala? ¿Por qué el titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad, Máx Hernández Pulido, solo activa su arsenal de video vigilancia cuando se dañan las obras de poder?  Parece estar cegado ante la delincuencia que diariamente padece la ciudadanía.

El C5i se ha convertido en un instrumento de vigilancia selectiva. Sus cámaras no vigilan para proteger a la población; vigilan para proteger al gobierno y guardan silencio cuando la delincuencia hace de las suyas a plena luz del día.

Mientras esos jóvenes ejercieron su libertad de expresión, el gobierno los criminalizó por rayar su monumento. Mientras los que delinquen, gozan de total impunidad. 

Es una incongruencia. Las cámaras del C5i deberían ser herramientas de justicia, no armas para intimidar a quienes no comparten su ideología política. 


Nos vemos la próxima semana en El Juego Sobre la Mesa.

 

Las opiniones escritas por columnistas son independientes y no reflejan necesariamente la postura editorial de Entre Líneas Tlaxcala.

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