EL JUEGO SOBRE LA MESA
Por Cristian Flores
Simular que se trabaja a favor de México mientras se legisla únicamente para los intereses del poder es una burla para la ciudadanía. La diputada federal del Partido del Trabajo, Irma Yordana Garay Loredo, es un ejemplo claro de ese engaño político. Electa por segunda ocasión —no por mérito— es producto del nepotismo: hija de Silvano Garay Ulloa, quien controla al PT Tlaxcala desde 2012, Comisionado Político Nacional del partido, diputado federal y hoy, diputado local.
Durante el segundo periodo del primer año legislativo, Irma Garay no presentó ni una sola iniciativa individual. Igual que su padre, quien en el Congreso local tampoco generó propuestas legislativas propias. Una estirpe política que vive del cargo, pero no del trabajo que prometen en campaña.
La semana pasada, cuestioné directamente a la diputada sobre su baja productividad en la Cámara de Diputados. Le pregunté por qué no ha presentado iniciativas personales que respondan a las necesidades de los ciudadanos. Su respuesta fue lamentable.
“En nuestra fracción trabajamos en equipos por temas, adaptándolos a las necesidades de nuestro estado. Eso no significa que no haya aportaciones individuales; tenemos intereses comunes".
Los diputados no recorrieron las calles en grupo cuando buscaron el voto. Llegaron solos, con promesas individuales. ¿Por qué ahora justificarse en un trabajo grupal? ¿De verdad es tan complicado crear una iniciativa si se tiene la experiencia?
Lo cierto es que no les interesa legislar por México ni por los más de 45 millones de personas en situación de pobreza. Lo único que les importa es mantenerse cerca del poder, alinearse con el Ejecutivo y asegurar sus beneficios personales para seguir haciendo carrera política.
Lo viejo no acaba de morir, y lo nuevo no termina de nacer. Pero lo viejo no morirá: simplemente se disfraza de la “Cuarta Transformación”, un régimen que ha terminado con la democracia y perpetuado las mismas injusticias y prácticas corruptas de siempre. Algo de lo que criticaron toda la vida cuando fueron oposición.
Carta Abierta
1. Visita judicial
Ayer, la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Yasmín Esquivel, visitó Tlaxcala para reunirse con Anel Bañuelos, presidenta del Poder Judicial de Tlaxcala, jueces y magistrados electos, y diputados locales. Al finalizar su discurso, en el patio vitral del Congreso, afirmó que la nueva Corte no estará al servicio del poder. Pero los hechos demuestran lo contrario. La autonomía del Poder Judicial está siendo manejada por el Ejecutivo, con el fin de controlar los poderes y borrar los contrapesos, y convertir a un México en un país autoritario.
2. Inseguridad
El fin de semana dejó una ola de violencia en Tlaxcala. Sí. En el “estado más seguro del país”, enfrentó una vez más ataques armados y hallazgos de cuerpos sin vida, algunos con ficha de búsqueda. El titular de la SSC, Alberto Martín Perea Marrufo, atribuyó los hechos a “ajustes” vinculados con actividades ilícitas. Tlaxcala dejó de ser un estado seguro, aunque el discurso oficial insista que, en el estado no hay inseguridad.
3. Encuesta
Según la encuestadora Demoscopia Digital, el alcalde capitalino Alfonso Sánchez García cuenta con un 53.6 % de aprobación. ¿De verdad? ¿A pesar de la inseguridad, la falta de obra pública y su ineficiente administración, los tlaxcaltecas lo aprueban? En redes sociales el descontento ciudadano es cada vez más evidente. Si no pudo ni administrar una purificadora de agua, ¿cómo pretende gobernar la capital y luego todo el estado? Su candidatura suena más a un capricho político por parte de su padre el exgobernador de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, que a una aspiración propia.
Nos vemos la próxima semana, pero en el Juego Sobre la Mesa.