Presentan la novela Hacia el pantano, del escritor mexicano Gerardo Laveaga

Destaca Carlos Augusto Pérez Hernández temática abordada en la novela


Llama a recuperar el sentido del ejercicio político, para ponerlo al servicio de la gente

Como un hecho histórico para la vida cultural de Tlaxcala calificó Carlos Augusto Pérez Hernández la visita del escritor Gerardo Laveaga, quien presentó su más reciente novela, titulada Hacia el pantano.

Durante el acto, Carlos Augusto Pérez destacó que el público tlaxcalteca muestra un amplio interés por este tipo de actividades, que motivan la reflexión, el análisis y el debate de las ideas.

El encuentro de Gerardo Laveaga con los lectores de Tlaxcala tuvo lugar este sábado 12 de julio, al mediodía, en la Biblioteca Pública de Apizaco, que lució un lleno total, ante el interés que despierta la organización de este tipo de eventos.

Pérez Hernández celebró la asistencia del público, al tiempo que enfatizó la brillante trayectoria del autor originario de la Ciudad de México, quien fue comisionado presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IFAI), entre 2013 y 2014.

Sobre la novela, su autor señaló que la historia refleja la dualidad entre los principios e ideales, y la realidad que enfrenta el país en varios aspectos. A partir de la ficción, señaló Gerardo Laveaga, plantea una serie de cuestiones que llevan a México “hacia el pantano”, si la ciudadanía es incapaz de hacer frente al abuso y la arbitrariedad.

Así, la novela transita por los recovecos del poder, con una serie de personajes que tienen en sus manos el destino del país. Ese es el caso de Arturo Pereda, un ex magistrado federal, quien es invitado por la presidenta de la República, para ser fiscal general, lo que lo introduce en una red de encargos turbios y dilemas éticos, esto a pesar “de que no está en manos de la presidencia hacer ese nombramiento”, señaló Laveaga.

En tanto, Rodrigo Téllez, un joven abogado, marcado por el idealismo, recién egresado de una maestría en la Universidad de Cambridge, se enfrenta a la decisión de traicionar sus convicciones por una relación amorosa con Rusalka, lo que compromete su integridad. Por último, Gerardo Laveaga mencionó a Mauricio, un normalista con ideales de justicia social que se ve tentado en su lucha por la justicia, y que finalmente claudica ante la aplastante realidad mexicana, que lo lleva a convertirse en un ladrón, acabando sus días en la cárcel.

Estos tres personajes entrelazan sus historias, “enfrentando decisiones críticas que ponen a prueba sus valores y principios en un contexto desafiante de poder y corrupción”, expresó Carlos Augusto Pérez Hernández, durante la presentación de la novela.

Asimismo, agregó que Hacia el pantano “nos sumerge en las profundidades de la psique humana y las intrincadas redes del poder”. Laveaga, conocido por su agudeza en el análisis político y social, no decepciona en esta obra, donde construye una narrativa que es tanto un thriller psicológico como una crítica mordaz a la corrupción y las ambiciones desmedidas.

Desde las primeras páginas, el autor nos arrastra a un ambiente opresivo y denso, que bien podría ser la metáfora del “pantano” al que alude el título, que fue sugerido por la editorial, ya que como explicó el propio autor, él tenía la intención de que se titulara En el pantano. 

Los personajes, complejos y moralmente ambiguos, se debaten entre sus deseos, sus miedos y las consecuencias de sus actos. Laveaga maneja con maestría la tensión, construyendo una trama que avanza de forma implacable, revelando capas de engaño y traición.

Uno de los puntos más fuertes de la novela es la construcción de la atmósfera. El lector puede sentir la asfixia de los ambientes cerrados, la pesadez de los secretos y la desesperación de quienes se ven atrapados en un juego sin reglas. La prosa de Laveaga es precisa y evocadora, utilizando un lenguaje que, sin ser barroco, logra pintar cuadros vívidos en la mente del lector.

Los temas abordados son universales: la corrupción, el poder, la ambición, la culpa y la búsqueda de redención. Sin embargo, Laveaga les da un giro particular al contextualizarlos en un escenario donde resuena la actualidad política y social de México. Esto dota a la obra de una relevancia adicional, invitando a la reflexión sobre las estructuras de poder que moldean nuestras sociedades.

Si bien la novela puede resultar densa por momentos debido a la profundidad de sus personajes y la complejidad de la trama, es precisamente esta característica lo que la hace tan gratificante. Hacia el pantano no es una lectura ligera; es una invitación a sumergirse en el alma humana y a confrontar las sombras que acechan en los rincones más oscuros del poder, señaló el también escritor y reportero Yassir Zárate Méndez, quien fue uno de los presentadores de la novela.

Y es que la novela es una obra recomendada para aquellos lectores que disfruten de las tramas complejas, los personajes profundos y las reflexiones sobre la moralidad y el poder.

En tanto, otro de los comentadores, el analista político Claudio Cirio —tras hacer un recuento de su relación personal con Laveaga, a quien describió como un “escritor metido a abogado”—, afirmó que Hacia el pantano es una novela sólida, que consolida al autor como un referente de la literatura mexicana contemporánea, mostrándose como “un agudo observador de la condición humana”, lo que muestra en otras de sus novelas, como Justicia, que es una suerte de antecedente directo de Hacia el pantano, por la temática que aborda, o El sueño de Inocencio. 

Tras la presentación, Gerardo Laveaga intercambió puntos de vista y comentarios con el numeroso público que acudió a la Biblioteca de Apizaco. En este punto, Carlos Augusto Pérez subrayó la necesidad de recuperar el sentido del ejercicio político, para ponerlo al servicio de la gente, al tiempo que se pronunció porque continúen este tipo de presentación para el público tlaxcalteca.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente