Un discurso de transformación, pero seguimos igual



Por Cristian Flores

Morena nació para ser el movimiento democrático qué terminaría con las malas prácticas de la vieja política. 14 años después de su creación, vemos a un partido qué es más de lo mismo. Lo que criticaron cuando eran oposición, hoy lo aplican de la misma manera, y hasta peor. Su líder moral, creador de Morena y ex presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no pudo terminar con la corrupción en 6 años. 

John Kenneth Turner en su libro “México Bárbaro”, retrató como durante el porfiriato los puestos políticos se vendían a los favoritos, a los elegidos, donde la Ley no se cumplia, sin un sistema judicial qué realmente hiciera justicia, sin prensa libre, con elecciones amañadas y pobreza. A la fecha, eso no ha cambiado y difícilmente cambiará. 

Los de Morena solo se inventaron una narrativa de austeridad, de cero corrupción, que la justicia llegaría a los desamparados, que habría un México totalmente demócrata, que gozaría de un buen sistema de salud como el de Dinamarca y que la inseguridad disminuirá en todo el país; sin embargo, fueron rebasado y recurrieron a la narrativa de los “otros datos”. Eso se quedó en una mentira nada más. Hoy qué se evidencia la corrupción y el abuso de poder de legisladores federales y locales, gobernadores, funcionarios de todos los niveles, así como presidentes municipales, se indignan y nos quieren ver la cara de idiotas, tratando de convencernos de qué no son iguales a los del PRIAN. Eso es una falta de respeto para la sociedad mexicana qué dignamente se gana la vida en el México real. 

La política mexicana no tiene en lo absoluto una ideología. Los interesados a un cargo de elección popular no intentan trabajar en favor de la gente, sino para robar y ejercer el poder para enloquecer, aunque sólo sea de paso.

En el caso de Tlaxcala, vemos qué los diputados viven del presupuesto, sin atender las verdaderas causas del estado. Se reeligen, simulan legislar y solo levantan la mano para aprobar las iniciativas qué envía la titular del Ejecutivo. En Tlaxcala no existe una verdadera oposición, solo una sumisión. Y los presidentes municipales, también están al servicio del gobierno estatal. 

Algunos políticos hablan del pensamiento de Antonio Gramsci, filósofo italiano, de que “lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no termina de nacer”, pero México sigue en el limbo. ¿Qué tanto le llevará al país para renacer?. Ya pasaron 7 años desde que Morena llegó al poder y México sigue igual. 

Lo cierto es que Morena usa narrativas de cambio y solo se la viven culpando al pasado. En unos años, el movimiento ganará el hartazgo del pueblo, tal y como éste se hartó del PRI. 


Nos vemos la próxima semana en el Juego Sobre la Mesa.

Las opiniones escritas por columnistas son independientes y no reflejan necesariamente la postura editorial de Entre Líneas Tlaxcala.


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