El Juego Sobre la Mesa
Por Cristian Flores
Solo bastaron cuatro meses para que los 60 presidentes municipales de Tlaxcala quedaran evidenciados por su deficiente manejo del recurso público, según lo documentó el Órgano de Fiscalización Superior, OFS, en la revisión de la cuenta pública correspondiente del 30 de agosto al 31 de diciembre del 2024.
El municipio de Huamantla, encabezado por Salvador Santos Cedillo, lidera la lista con el mayor daño patrimonial: 5 millones 401 mil 728 pesos. Le siguen Contla de Juan Cuamatzi, San Pablo del Monte y Chiautempan, con observaciones por más de 4 millones de pesos cada uno; y El Carmen Tequexquitla, con un presunto daño de 3 millones 42 mil 159.68 pesos.
Santa Cruz Tlaxcala, Ixtacuixtla, Calpulalpan, Apizaco y Tetlatlauhca, todos con montos sin aclarar superiores a los 2 millones de pesos. También figuran Tetla, Xiloxoxtla, Acuamanala, Lázaro Cárdenas, Altzayanca, Tlaxco, Tzompantepec, Yauhquemehcan y Papalotla, con irregularidades mayores a un millón de pesos.
Otros municipios, como Zacatelco, Totolac, Santa Apolonia Teacalco, San José Teacalco, Nativitas, Amaxac, Españita, Tepeyanco, Tocatlán, Ayometla, Atlangatepec, Emiliano Zapata y Texoloc, reportaron observaciones menores al millón de pesos.
Y al final, con presuntos daños menores a los 500 mil pesos, están Tenancingo, Sanctórum, Xicohtzinco, Tepetitla, Tecopilco, Panotla, Xaloztoc, Cuaxomulco, Tlaxcala capital, Cuapiaxtla, Teolocholco, Benito Juárez, Nanacamilpa, Axocomanitla, Nopalucan, Hueyotlipan, Muñoz de Domingo Arenas, Zacualpan, Quilehtla, Ixtenco, Apetatitlán, Tlaltelulco, Tetlanohcan, Mazatecochco, Zitlaltepec y Terrenate. Sólo Xaltocan destacó positivamente, pues tuvo un presunto daño patrimonial de apenas 18 mil 519 pesos.
Frente a estos hallazgos, la pregunta obligada es: ¿Qué hará el OFS y qué hará el Congreso del Estado? ¿Habrá consecuencias o seguirá imperando la impunidad para exalcaldes y presidentes municipales en funciones, aún con millones de pesos en observaciones?
Lo cierto es que la corrupción en Tlaxcala no sólo sigue viva, sino más fortalecida que nunca.
Y por cierto… el Poder Legislativo no registró daño patrimonial alguno. ¿Realmente no hay corrupción en el Congreso del Estado?
Carta Abierta
El jalón de orejas para la militancia lanzado el domingo por Alfonso Durazo Montaño, presidente del Consejo Nacional de Morena y gobernador de Sonora, fue claro y directo. Llamó a evitar fracturas internas y pidió dar prioridad a los cuadros del partido “en justa proporción a sus méritos”.
Y dijo, “aquí no puede haber lugar para quienes están dispuestos a poner en riesgo la unidad del movimiento con tal de obtener un cargo. Eso no puede ser la continuidad de nuestro movimiento. Se requiere unidad, compromiso y una base militante que no se doble ni divida frente a la adversidad, mucho menos frente a aspiraciones personales”.
¿Qué habrá pasado por la mente de Marcela González Castillo, dirigente estatal de Morena en Tlaxcala, al escuchar esas palabras?
Porque aquí, en Tlaxcala, las fracturas internas del partido son evidentes. Hay intereses personales, hay estructuras operando en función de candidaturas futuras y, sobre todo, hay actos anticipados de los aspirantes.
El caso más claro es el del alcalde capitalino, Alfonso Sánchez García, quien ha recorrido municipio por municipio en supuestas asambleas informativas y ha asistido a eventos públicos como “padrino de generación”, promoviendo abiertamente su aspiración a la gubernatura de 2027. Todo ello violando las reglas del partido y arriesgando la cohesión del movimiento.
Aquí en Tlaxcala, las aspiraciones personales están por encima del proyecto de transformación. Y mientras tanto, González Castillo sigue repitiendo el mismo discurso de siempre, que no hay actos anticipados de campaña, que no hay compra de votos, que existe unidad y hay piso parejo.
Son unos mentirosos. A Morena Tlaxcala no le importa romper las reglas. Les vale madre. Son unos hipócritas.
Nos vemos la próxima semana, pero en el Juego Sobre la Mesa.