Ayuntamientos ejercen recursos públicos con opacidad y sueldos desproporcionados para síndicos, regidores y secretarios



¿Cuánto es justo pagar por servir al pueblo en contextos de escasos recursos y alta demanda social?

Un trabajo de Entre Líneas Tlaxcala y Enigma Diario

Por Aldo Romero y Cristian Flores

Una revisión del tabulador de sueldos de seis municipios de Tlaxcala revela contrastes notables en las percepciones económicas de funcionarios como regidores, síndicos y secretarios del ayuntamiento. Aunque todos forman parte de estructuras municipales similares, sus remuneraciones distan mucho entre sí, y algunas resultan difícilmente justificables si se contrastan con el presupuesto global que cada municipio ejercerá en 2025.

Ixtacuixtla, el caso más llamativo

Con un presupuesto asignado de 136 millones 485 mil pesos, Ixtacuixtla es el municipio con mayores recursos de entre los seis analizados. Llama la atención que sus regidores y el síndico municipal reciben exactamente el mismo salario: 34 mil 921 pesos con 42 centavos, sin especificar si el pago es mensual o quincenal, lo cual es una grave omisión en términos de transparencia.

De confirmarse como pago mensual, estarían entre los mejores remunerados del estado. De tratarse de pago quincenal, implicaría sueldos de casi 70 mil pesos mensuales, una cifra desproporcionada respecto al promedio estatal y a la responsabilidad relativa de sus funciones.

Santa Cruz Tlaxcala: el más generoso con sus funcionarios

Aunque su presupuesto es menor que el de Ixtacuixtla (apenas 93 millones 308 mil pesos), en Santa Cruz Tlaxcala el síndico municipal gana 43 mil 244 pesos mensuales, el salario más alto de todos los municipios analizados. Incluso el regidor percibe 28 mil 773 pesos, una cifra superior al sueldo de varios secretarios de ayuntamiento de otras localidades.

Este comportamiento sugiere una política de sueldos generosa que no necesariamente guarda relación con el tamaño del presupuesto ni con la necesidad de contener el gasto corriente.

Emiliano Zapata: bajos sueldos y menos recursos
En el extremo opuesto está el municipio de Emiliano Zapata, con un presupuesto de apenas 40 millones 244 mil pesos y sueldos significativamente más bajos. El secretario de ayuntamiento gana 14 mil 473 pesos mensuales, el regidor 16 mil 499 pesos y el síndico 23 mil 811 pesos. Este municipio parece mantener una política de austeridad más coherente con sus recursos limitados.

Santa Polonia Teacalco y Tepeyanco: austeridad aparente con algunas inconsistencias

Santa Polonia Teacalco, con un presupuesto de 38 millones 437 mil pesos, paga 22 mil 800 pesos a su secretario de ayuntamiento, 32 mil 800 pesos a su Síndico y sus regidores reciben 25 mil 400 pesos mensuales. En Tepeyanco, que ejercerá 53 millones 824 mil pesos, el rango salarial va de 22 mil a 33 mil pesos, cifras que, aunque no escandalizan, tampoco detallan si hay compensaciones adicionales. Lo cierto, es el que gana más es su alcalde, Williams Zainos Flores. 

Ambos municipios muestran prácticas más contenidas, aunque cabe cuestionar por qué hay una diferencia de más de 10 mil pesos entre el regidor y el síndico, cuando sus funciones dentro del cabildo suelen tener pesos similares.

Tenancingo: sueldos relativamente altos pese a presupuesto intermedio

Tenancingo ejercerá 66 millones 766 mil pesos y paga 35 mil pesos mensuales al síndico, cifra que lo coloca entre los mejor pagados del estado, a pesar de que su presupuesto es inferior al de Santa Cruz Tlaxcala o Ixtacuixtla. El secretario y el regidor también perciben sueldos que superan los 21 mil y 27 mil pesos mensuales, respectivamente.

Lo más preocupante del análisis no es solo la disparidad, sino la falta de proporcionalidad entre sueldos y presupuesto, así como la opacidad en el caso de Ixtacuixtla, donde no se especifica si los montos reportados son mensuales o quincenales.

El hecho de que municipios como Santa Cruz Tlaxcala y Tenancingo destinen más de 40 mil pesos mensuales para un solo funcionario, sin claridad sobre resultados tangibles en servicios públicos, plantea un dilema ético y administrativo.

 ¿Cuánto es justo pagar por servir al pueblo en contextos de escasos recursos y alta demanda social?

Asimismo, mientras se promueven discursos de austeridad a nivel nacional, en varios ayuntamientos los sueldos siguen siendo altos en comparación con el ingreso promedio de la población, lo que puede fomentar el descrédito institucional y el desapego ciudadano hacia sus autoridades locales.

La revisión de estos tabuladores debe invitar a una discusión pública sobre la necesidad de homologar sueldos con criterios técnicos y transparentes, además de exigir que los municipios informen con precisión sus gastos de nómina, incluyendo compensaciones, bonos o prestaciones adicionales. Solo así podrá avanzarse hacia una administración más justa, equitativa y responsable.

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