Por Aldo Romero
Luego de darse a conocer la nula capacidad legislativa que tienen al menos ocho de los 25 diputados que integran la 65 Legislatura del Congreso del Estado, podemos reflexionar el sentido de nuestro voto para próximos procesos electorales.
No se trata de llegar a una Cámara de Diputados solo para levantar la mano y empujar una agenda colectiva que viene desarrollada desde los Poderes Ejecutivo Federal y Ejecutivo local para ganar más de 111 mil pesos mensuales, se trata de aterrizar una agenda legislativa propia, con propuestas que emanaron de la recopilación del sentir popular tras más de un mes de campaña o años de lucha regional.
Muchos de nuestros diputados se están poniendo la estrellita de que ya hicieron los suficiente con solo suscribir la agenda neo progresista de la denominada Cuarta Transformación, de la cual, no se toman ni la más mínima molestia para revisar su contenido.
Reconocemos que muchos llegaron amparados por el fenómeno electoral que representa dicho movimiento y su denominado Plan C, pero no todas las reformas o leyes van a venir de Palacio Nacional o de los despachos jurídicos que asesoran a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, los diputados deben proponer y llevar a la tribuna el sentir y las exigencias de sus distritos.
Menuda estupidez la de Emilio de la Peña Aponte, quien a un año no ha podido presentar una iniciativa y quien, como lo he mencionado, se escusa con cumplir la agenda cuatroteista con minutas de reforma como la que hizo constitucional al programa Jóvenes Construyendo el Futuro, del cual, por cierto, la dirigente de su partido en Tlaxcala hace mal uso.
A una pregunta expresa de quien hoy les escribe, el juvenil legislador declaró que para legislar hay que dejar los egos de lado y priorizar el interés colectivo, a manera de justificación de su nula capacidad legislativa para presentar y empujar el proceso de iniciativas de su autoría.
“Esta ha sido una de las legislaturas más productivas; acuerdos, decretos y reformas constitucionales que trascienden al beneficio directo de las y los ciudadanos, tal es así como el haber votado una reforma constitucional para el programa de adultos mayores y el programa de jóvenes construyendo el futuro, se trabaja por todos los sectores. Entonces sí es complicado, pero creo que como legisladores hemos sido lo suficientemente conscientes y poner nuestro ego por debajo de los intereses colectivos para poder decir: sí tengo una agenda legislativa, pero es más importante que le demos trámites a los acuerdos constitucionales federales que van a traer beneficio directo a la ciudadanía”, fue lo que el diputado, sin agenda legislativa propia a un año de asumir el cargo, declaró.
Como este hay otros ejemplos, tal es el caso de Aurora Villeda Temoltzin, quien al parecer llegó al Congreso solo para nutrir sus redes sociales de contenido viral.
No cabe duda que hoy por hoy, el Congreso está más consolidado como una oficina de trámite de poderes e intereses externos, y que los diputados están más alejados del sentir popular de sus distritos.
Solo una pregunta, ¿quién será la valiente diputada o el valiente diputado que se atreva a promover una iniciativa para regular el salario de los alcaldes en Tlaxcala? Porque como hemos dado cuenta en Enigma Diario y el medio hermano Entre Líneas Tlaxcala, es excesivo en algunos casos y desproporcional al presupuesto anual que se le asigna al municipio, además de no cuadrar con el trabajo realizado y la carga administrativa.
Funcionarios electorales sin valor
Hablando de valentía, las consejeras y los consejeros de la Junta Local del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE), no tuvieron la necesaria para denunciar y alzar la voz sobre las irregularidades del proceso electoral judicial. Ambos órganos electorales declararon la validez, sin ninguna inconveniencia, de los resultados en Tlaxcala.
A diferencia de los integrantes del Consejo General del INE, quienes sí hablaron del “elefante en la sala”, externando su preocupación y malestar sobre el uso de los acordeones, los cuales fueron calificados como un pésimo precedente para la democracia en México.
En Tlaxcala no hubo una mención de esta práctica que evidentemente generó inequidad en la contienda y puso en vilo la imparcialidad gubernamental en un proceso electoral, solo aplausos y auto halagos sobre la capacidad de ambas instituciones para sacar adelante tal proceso pese a sus condiciones presupuestales y de tiempo. Ningún exhorto o llamado de atención, pura complacencia.
Por cierto, hay que preguntarnos de dónde salió el recurso, en el caso de Tlaxcala, para la impresión de los acordeones, cuyo papel e impresión fueron similares al que se usó para las boletas que mandó a imprimir el ITE.
Tal parece que los órganos electorales están más ocupados en fiscalizar el trabajo periodístico que los medios de comunicación realizaron sobre el proceso electoral judicial.
Las opiniones escritas por columnistas son independientes y no reflejan necesariamente la postura editorial de Entre Líneas Tlaxcala.